Siento el sol del centro de mi pecho
expandir calor a todo mi cuerpo.
Se vuelven tibias mis extremidades,
mis dedos agradecen el soplo
de aire caliente
y se estiran para agarrar
el poema que se escurre
entre mis piernas.
Va fluyendo lentamente
envolviéndose de la cálida energía,
para brotar y sentir
este alumbramiento
como la necesidad
que tengo de decirte
lo que siento.
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